«¡Viva Santa Ana!». Fue el grito con el que la cantante Pastora Soler, la última representante española en Eurovisión, agradeció en la madrugada del jueves al viernes en Naves (Llanes) el trabajo hecho por los miembros de la comisión de fiestas. Ella fue el plato fuerte de las celebraciones de esta localidad llanisca, y no decepcionó al público, locales y turistas, que llenó el prau de El Polledu.
Soler, vestida de blanco -a lo largo de la actuación se cambió dos veces de traje, para pasar al verde de inspiración flamenca y al plateado-, comenzó a cantar a la una de la mañana, media hora después de que arreciara la lluvia que hasta ese momento empañaba el cielo. A partir de ahí, algo más de hora y media de música.
Aunque el espectáculo de la andaluza se vio empañado en dos ocasiones por problemas con el sonido, Soler los solventó de manera profesional: siguió cantando, aunque fuese sin música. Superado el bache, la noche de Naves se llenó con canciones como la eurovisiva «Quédate conmigo» o la versión de Soler del clásico «Yo no te pido la luna».